Hoy os traigo un artículo del que me llamó la atención su título, «La verdadera razón por la que las mujeres francesas no engordan». No dejo de leer ningún artículo que caiga en mis manos y tenga que ver con dietas o relacionados con el hecho de adelgazar. Supongo que, como cualquier persona que ha luchado por evitar el sobrepeso, me gusta analizar lo que a otros les ha funcionado.
Este artículo tiene la particularidad de que estamos hablando de un colectivo muy grande de población, ya que hace referencia a todas o la mayoría de mujeres francesas.
Aunque he viajado a Francia en alguna ocasión, no he sido tan observador como la dietista Jane Clarke, quien estuvo viviendo una temporada. Jane Clarke pudo ver que la mayoría de mujeres francesas mantenían su figura dentro de unos parámetros más que aceptables. Debido a ello, se dedicó a observarlas en busca del factor que mantenía sus esbeltas figuras.
Según ella, la tranquilidad con la que las mujeres francesas se sientan en la mesa a saborear sus desayunos es lo que les ayuda a estar delgadas. Dicho de otra forma, las mujeres francesas toman conciencia de lo que están comiendo y lo saborean a tal punto que todo les sienta bien. En consecuencia el secreto de las mujeres francesas para mantenerse delgadas no es lo que comen, sino como lo comen.
En el último libro que he leído del Dr. John Poothullil (8 pasos para revertir la diabetes en 8 semanas), además de otras recomendaciones, éste también aboga por la importancia de concienciarnos del momento en que nos sentamos a comer. Debemos evitar cualquier distracción y centrarnos en la comida, de forma que nuestro cerebro asimile los nutrientes que estamos ingiriendo.
No se vosotros queridos lectores, pero yo os aseguro que buena parte de mi vida no he tenido ningún tipo de conciencia a la hora de comer. Era llegar y comer y comer hasta intentar saciarme. Y todavía hoy, a pesar de ser consciente de la importancia del momento de la comida, en determinadas ocasiones y sin darme cuenta, estoy comiendo sin sentido y más de lo que debería. Dejo que otras distracciones y preocupaciones ocupen mi mente, evitando así concentrarme en la comida y comer sin sentido. Evidentemente, tras una situación como esta, los resultados del test de azúcar en sangre se encargan de recordarme la importancia de comer despacio saboreando la comida.
Y es que, Epicteto (50 d.C. – 135 d.C.), filosofo griego de la escuela estoica, ya se encargó de recordarnos que «Lo importante no es lo que se come, sino cómo se come».
Podéis leer el artículo en el siguiente enlace: La razón por la que las mujeres francesas no engordan, según la nutricionista Jane Clarke