Hoy os traigo un artículo que relaciona los cambios de costumbres originados con la pandemia y la importancia de cenar temprano, para conseguir un mejor control de la diabetes.
Aunque en este mismo blog ya os he hablado de la importancia del ayuno intermitente del que soy un firme defensor, artículos como el que hoy os presento aportan sanas costumbres en el control de la diabetes y es que, sin duda, cenar temprano es una buena forma de iniciarte al ayuno intermitente.
Pongamos por ejemplo que haces tu última ingesta entre las 19:00 y las 20:00h. Si al día siguiente te saltas el desayuno y no ingieres nada hasta la hora de la comida, pongamos sobre las 13:00 o 14:00h, habrás realizado un ayuno de 16 o más horas. Dejando solo 8 horas para la ingesta de alimentos.
Entre otros, algunos de los beneficios que se relacionan con cenar temprano, son menor riesgo de sobrepeso y obesidad, mejor descanso y mayor calidad de sueño, y reducción en los niveles de glucosa en sangre.
En el momento de escribir este artículo estoy realizando un ayuno completo de 1 día. Ayer tuve unos resultados no demasiado buenos en el control de la glucosa. Así que hoy, y de acuerdo con mis costumbres y buenos hábitos, toca ayuno para que, a partir de mañana, pueda volver a tener un valores normales en el control de la diabetes.
Aunque soy un firme defensor de la cena temprana, en mi caso es necesario complementarlo con un día completo de ayuno de forma intermitente. Este ayuno lo acostumbro a realizar cada 2 o 3 semanas. De esta forma consigo mantener los niveles de glucosa en unos niveles normales.
Podéis leer el artículo completo aquí: «El peligro de cenar tarde: dispara el riesgo de diabetes y obesidad«